Ingram Schulze-Neick

Cuéntanos algo sobre ti y sobre tu trabajo.
Mi nombre es Ingram Schulze-Neick y soy director del Registro Nacional Británico de Hipertensión Pulmonar en el Hospital Great Ormond Street de Londres, uno de los hospitales infantiles más grandes fuera de Estados Unidos.

¿Qué es la hipertensión pulmonar y con qué frecuencia se presenta en pacientes con cardiopatías congénitas?  
La hipertensión pulmonar es un incremento de la presión sanguínea en la vasculatura pulmonar –las venas y arterias que prestan servicio a los pulmones–. Con el tiempo, la elevada presión sanguínea daña al pulmón. Aproximadamente un 30-40 por ciento de pacientes con cardiopatías congénitas está afectado.
En 1993, empecé a trabajar con NO, óxido nítrico, un gas que el cuerpo produce para regular la anchura de los vasos sanguíneos y, en consecuencia, la presión sanguínea. Los pulmones dañados no pueden producir óxido nítrico, con lo que dejamos a los pacientes inhalarlo para contrarrestar la elevada presión sanguínea. De esta manera, actualmente podemos estabilizar a los pacientes e incluso hacer que la enfermedad remita. Nuestro objetivo para el futuro es poder curar al paciente.    

El sistema sanitario en el Reino Unido está organizado de forma diferente que en Alemania, donde estuviste trabajando previamente. ¿Nos puedes contar un poco acerca de esto?
De una manera, intentamos descentralizar una estructura muy centralizada. En el Reino Unido, y especialmente en Inglaterra, muchas instituciones centrales están localizadas en Londres. Así que tenemos toda la tecnología para examinar los corazones y los pulmones de los pacientes en Londres. Pero también viajamos a las llamadas “clínicas de alcance” en otras ciudades importantes para ver a pacientes allí. Vamos allá donde estén los pacientes. Esto es mucho más eficiente, porque, en vez de que 20 pacientes viajen a ver al especialista, es el especialista el que viaja a ver a 20 pacientes. Es más conveniente para los pacientes, pero existen desventajas para la clínica central. Una parte de los recursos del centro está siempre “de viaje” y no está disponible en el propio centro. Además, si todos los pacientes van al centro, éste podría recibir más financiación y podría invertir en su expansión y en una mayor especialización.   

¿Podría adaptarse este sistema descentralizado a otros países? ¿O ya existe en otros países?  
No, este sistema no existe en otro país europeo, aunque hay países que están actualmente estableciendo sistemas similares. El sistema británico puede servir como modelo para países pequeños, ya que están menos poblados. Un reto importante para un país como Alemania sería la decisión de dónde localizar la clínica central. Debido al sistema federal de Alemania, un sistema basado en una estructura centralista es difícil de implementar. Al final, todo depende de los individuos responsables. Los médicos tienen que estar convencidos de que tiene sentido gestionar a los pacientes de forma centralizada. Esto no es siempre evidente, ni siquiera en el Reino Unido.

¿Qué esperas de una plataforma como Corience?
En primer lugar, creo que es una plataforma excepcional, porque ofrece información escrita por periodistas con la “aprobación de los doctores”. La gran amplitud de la página web puede ser especialmente útil si los doctores pueden acceder a la información en los casos de diagnósticos muy raros. Si hubiese un grupo de pacientes con una dolencia muy rara y especialistas de toda Europa publicaran sus percepciones en la plataforma, esto tendría mucho valor. No sólo para los doctores y los científicos, sino también para los pacientes y sus familias. Una madre en Portugal podría acceder, entonces, a la plataforma y leer los artículos más novedosos de doctores noruegos, británicos, alemanes o franceses e incluso encontrar direcciones de médicos que podrían tratar a su hijo. Esto es algo que todavía tendría que realizarse.   

¿Qué otros intereses tienes aparte de tu trabajo?
Me gusta pintar y tocar el violonchelo. Lo toco desde que tenía 10 años. Algunos de mis compañeros de Londres y yo tocamos regularmente y, algunas veces, ofrecemos conciertos en las convenciones de cardiología. Recientemente, hemos tocado en una gran convención en Scottsdale  –empezamos con música clásica y, cinco horas después, terminamos tocando temas de rock–.